Los recién nacidos son
susceptibles a la pérdida de calor por las dimensiones de la superficie
corporal respecto de su peso. Su piel es delgada, los vasos sanguíneos están
cerca de la superficie y cuentan con poca grasa subcutánea que los aísle.
Además la piel de los recién nacidos está húmeda por el líquido amniótico y la
temperatura ambiente es más baja que la del medio Uterino
Prevención de pérdida de calor en los recién nacidos
Prevención de pérdida de calor en los recién nacidos
- Secar al niño inmediatamente después de nacer.
- Secarle la cabeza después de nacer y cubrirla con un gorro.
- Colocar al recién nacido en frazadas precalentadas.
- Evitar el contacto del niño con paños húmedos. Cambiar los paños húmedos con frecuencia.
- Alentar el contacto piel a piel de la madre con su hijo ya seco; el calor del cuerpo de su madre lo calentará.
- Mantener el ambiente cálido poniendo al bebé bajo un calefactor radiante.
- Proteger al neonato de corrientes de aire; evitar que esté cerca de los aparatos de aire acondicionado, puertas y ventanas.
- Alejar de ventanas y paredes exteriores los calefactores radiantes, incubadoras y cunas.
- Poner una frazada tibia entre el cuerpo del niño y las superficies frías. Por ejemplo la báscula.
- Calentar las manos, el estetoscopio y las ropas antes de tocar al recién nacido.
- Vestir y envolver al pequeño rápidamente después de los procedimientos.
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